Este chequeo es ideal para personas con antecedentes familiares de enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, síndrome de Sjögren, esclerodermia, etc.). Por otro lado, también pueden realizarlo personas con síntomas sugestivos de enfermedades autoinmunes como: fatiga, dolores articulares, alteraciones en la piel, problemas digestivos, entre otros.